La gente odia las reuniones. Así que están enviando a sus secretarios de IA para que tomen notas
## La gente odia las reuniones. Así que están enviando a sus secretarios de IA para que tomen notas
El mes pasado, Clifton Sellers asistió a una reunión por videollamada en su trabajo. Todo parecía normal hasta que se fijó en la lista de los asistentes. De los 16 que acudieron a la cita, solo seis eran seres humanos. El resto eran bots de IA enviados para transcribir la reunión, tomar notas y resumirla. Lo sorprendente es que lo que le ocurrió a Sellers no es la excepción: es cada vez más la regla.
En Xataka creíamos que la ‘Fatiga de Zoom’ agotaba por el estrés. Unos investigadores descubren que es por aburrimiento. Pero esta situación se ha intensificado, y ahora las videollamadas están derivando de forma peligrosa.
Sellers explicaba en The Washington Post cómo este tipo de reunión le provocaba rechazo porque "no quiero hablar con un grupo de bots que toman apuntes". La situación es irónica, porque él mismo había enviado a un bot para tomar notas a alguna reunión en el pasado. La situación es preocupante, sobre todo porque las videollamadas están derivando de forma peligrosa.
Más reuniones que nunca. La pandemia hizo que Zoom, Teams o Meet se convirtieran en la alternativa ideal a las reuniones físicas, y con el tiempo el fenómeno ha transformado nuestra forma de trabajar. Según Pumble, tras la pandemia hay un 12,9% más de reuiones por persona y 13,5% más de asistentes a las reuniones. Las videollamadas han provocado, eso sí, que las reuniones sean bastante más cortas (un 20,1%), pero además está pasando otra cosa.
Adiós a las normas sociales en videollamadas. Esa predominancia de reuniones virtuales a través de videollamadas está provocando cambios en la "etiqueta" de estas reuniones. En muchas videollamadas grupales de trabajo los empleados ahora suelen unirse sin encender la cámara y con el micrófono silenciado. Lo segundo es más normal: que todos tengan el micrófono activado puede acabar provocando distorsiones y molestos ecos mientras otra persona habla. Lo de la cámara es más delicado, aunque se asocia tradicionalmente a ese fenómeno reciente bautizado como "fatiga de Zoom" ("Zoom fatigue"). La gente hasta está usando videollamadas grabadas de GitLab para fingir que está ocupada.
El auge de la IA para videollamadas. Las grandes plataformas para realizar videollamadas (Zoom, Microsoft Teams, Google Meet) ofrecen opciones de toma de notas automatizadas mediante IA. Hay también soluciones de terceros como Otter.ai que también habilitan esas funciones y plantean un futuro en el que las reuniones acaben siendo muy distintas a las actuales.
Y pronto, reuniones con gemelos digitales. Eric Yuan, CEO de Zoom, explicó recientemente que su empresa quiere ofrecer la posibilidad de que a las reuniones acuda tu "gemelo digital", un asistente de IA que no solo puede asistir a esas reuniones en tu lugar, sino que además puede intervenir en ella como si fuera tú.
Todo lo que digas será grabado. Esta intrusión de la IA en las reuniones ha hecho que aparezca una nueva preocupación para los asistentes. Todo lo que digan quedará registrado, grabado y transcrito. Eso puede coartar la libertad a la hora de expresar puntos de vista u opiniones, sobre todo porque esas declaraciones pueden luego acabar jugando en contra de quien las realizó. Allie K. Miller, CEO de open Machine, explicaba en WaPo cómo en sus reuniones desactiva su bot de IA para tomar notas hasta que quedan cinco minutos para terminar porque eso "la gente se abre más y salen a la luz las preguntas de verdad".
Máquina, reúnete por mí. El 55% de los directivos reconoce que tiene demasiadas reuniones al día, y el 27% de los empleados comparten esa opinión. Cada vez hay más reuniones —muchas podrían haber sido un email— y la IA puede ayudar a suavizar su impacto, pero nos dirigimos a un potencial futuro en el que nadie vaya a reuniones en persona salvo quien debe explicar algún tema. Quién sabe si al final ni siquiera esa persona acuda y todo sean reuniones llenas de bots.
Imagen | Surface
En Xataka | No sólo las reuniones matan la productividad: las notificaciones se comen la mitad de nuestra jornada
https://www.xataka.com/empresas-y-economia/gente-odia-reuniones-asi-que-estan-enviando-a-sus-secretarios-ia-tomen-notas
#noticia, #España, #actualidad
## La gente odia las reuniones. Así que están enviando a sus secretarios de IA para que tomen notas
El mes pasado, Clifton Sellers asistió a una reunión por videollamada en su trabajo. Todo parecía normal hasta que se fijó en la lista de los asistentes. De los 16 que acudieron a la cita, solo seis eran seres humanos. El resto eran bots de IA enviados para transcribir la reunión, tomar notas y resumirla. Lo sorprendente es que lo que le ocurrió a Sellers no es la excepción: es cada vez más la regla.
En Xataka creíamos que la ‘Fatiga de Zoom’ agotaba por el estrés. Unos investigadores descubren que es por aburrimiento. Pero esta situación se ha intensificado, y ahora las videollamadas están derivando de forma peligrosa.
Sellers explicaba en The Washington Post cómo este tipo de reunión le provocaba rechazo porque "no quiero hablar con un grupo de bots que toman apuntes". La situación es irónica, porque él mismo había enviado a un bot para tomar notas a alguna reunión en el pasado. La situación es preocupante, sobre todo porque las videollamadas están derivando de forma peligrosa.
Más reuniones que nunca. La pandemia hizo que Zoom, Teams o Meet se convirtieran en la alternativa ideal a las reuniones físicas, y con el tiempo el fenómeno ha transformado nuestra forma de trabajar. Según Pumble, tras la pandemia hay un 12,9% más de reuiones por persona y 13,5% más de asistentes a las reuniones. Las videollamadas han provocado, eso sí, que las reuniones sean bastante más cortas (un 20,1%), pero además está pasando otra cosa.
Adiós a las normas sociales en videollamadas. Esa predominancia de reuniones virtuales a través de videollamadas está provocando cambios en la "etiqueta" de estas reuniones. En muchas videollamadas grupales de trabajo los empleados ahora suelen unirse sin encender la cámara y con el micrófono silenciado. Lo segundo es más normal: que todos tengan el micrófono activado puede acabar provocando distorsiones y molestos ecos mientras otra persona habla. Lo de la cámara es más delicado, aunque se asocia tradicionalmente a ese fenómeno reciente bautizado como "fatiga de Zoom" ("Zoom fatigue"). La gente hasta está usando videollamadas grabadas de GitLab para fingir que está ocupada.
El auge de la IA para videollamadas. Las grandes plataformas para realizar videollamadas (Zoom, Microsoft Teams, Google Meet) ofrecen opciones de toma de notas automatizadas mediante IA. Hay también soluciones de terceros como Otter.ai que también habilitan esas funciones y plantean un futuro en el que las reuniones acaben siendo muy distintas a las actuales.
Y pronto, reuniones con gemelos digitales. Eric Yuan, CEO de Zoom, explicó recientemente que su empresa quiere ofrecer la posibilidad de que a las reuniones acuda tu "gemelo digital", un asistente de IA que no solo puede asistir a esas reuniones en tu lugar, sino que además puede intervenir en ella como si fuera tú.
Todo lo que digas será grabado. Esta intrusión de la IA en las reuniones ha hecho que aparezca una nueva preocupación para los asistentes. Todo lo que digan quedará registrado, grabado y transcrito. Eso puede coartar la libertad a la hora de expresar puntos de vista u opiniones, sobre todo porque esas declaraciones pueden luego acabar jugando en contra de quien las realizó. Allie K. Miller, CEO de open Machine, explicaba en WaPo cómo en sus reuniones desactiva su bot de IA para tomar notas hasta que quedan cinco minutos para terminar porque eso "la gente se abre más y salen a la luz las preguntas de verdad".
Máquina, reúnete por mí. El 55% de los directivos reconoce que tiene demasiadas reuniones al día, y el 27% de los empleados comparten esa opinión. Cada vez hay más reuniones —muchas podrían haber sido un email— y la IA puede ayudar a suavizar su impacto, pero nos dirigimos a un potencial futuro en el que nadie vaya a reuniones en persona salvo quien debe explicar algún tema. Quién sabe si al final ni siquiera esa persona acuda y todo sean reuniones llenas de bots.
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La gente odia las reuniones. Así que están enviando a sus secretarios de IA para que tomen notas
## La gente odia las reuniones. Así que están enviando a sus secretarios de IA para que tomen notas
El mes pasado, Clifton Sellers asistió a una reunión por videollamada en su trabajo. Todo parecía normal hasta que se fijó en la lista de los asistentes. De los 16 que acudieron a la cita, solo seis eran seres humanos. El resto eran bots de IA enviados para transcribir la reunión, tomar notas y resumirla. Lo sorprendente es que lo que le ocurrió a Sellers no es la excepción: es cada vez más la regla.
En Xataka creíamos que la ‘Fatiga de Zoom’ agotaba por el estrés. Unos investigadores descubren que es por aburrimiento. Pero esta situación se ha intensificado, y ahora las videollamadas están derivando de forma peligrosa.
Sellers explicaba en The Washington Post cómo este tipo de reunión le provocaba rechazo porque "no quiero hablar con un grupo de bots que toman apuntes". La situación es irónica, porque él mismo había enviado a un bot para tomar notas a alguna reunión en el pasado. La situación es preocupante, sobre todo porque las videollamadas están derivando de forma peligrosa.
Más reuniones que nunca. La pandemia hizo que Zoom, Teams o Meet se convirtieran en la alternativa ideal a las reuniones físicas, y con el tiempo el fenómeno ha transformado nuestra forma de trabajar. Según Pumble, tras la pandemia hay un 12,9% más de reuiones por persona y 13,5% más de asistentes a las reuniones. Las videollamadas han provocado, eso sí, que las reuniones sean bastante más cortas (un 20,1%), pero además está pasando otra cosa.
Adiós a las normas sociales en videollamadas. Esa predominancia de reuniones virtuales a través de videollamadas está provocando cambios en la "etiqueta" de estas reuniones. En muchas videollamadas grupales de trabajo los empleados ahora suelen unirse sin encender la cámara y con el micrófono silenciado. Lo segundo es más normal: que todos tengan el micrófono activado puede acabar provocando distorsiones y molestos ecos mientras otra persona habla. Lo de la cámara es más delicado, aunque se asocia tradicionalmente a ese fenómeno reciente bautizado como "fatiga de Zoom" ("Zoom fatigue"). La gente hasta está usando videollamadas grabadas de GitLab para fingir que está ocupada.
El auge de la IA para videollamadas. Las grandes plataformas para realizar videollamadas (Zoom, Microsoft Teams, Google Meet) ofrecen opciones de toma de notas automatizadas mediante IA. Hay también soluciones de terceros como Otter.ai que también habilitan esas funciones y plantean un futuro en el que las reuniones acaben siendo muy distintas a las actuales.
Y pronto, reuniones con gemelos digitales. Eric Yuan, CEO de Zoom, explicó recientemente que su empresa quiere ofrecer la posibilidad de que a las reuniones acuda tu "gemelo digital", un asistente de IA que no solo puede asistir a esas reuniones en tu lugar, sino que además puede intervenir en ella como si fuera tú.
Todo lo que digas será grabado. Esta intrusión de la IA en las reuniones ha hecho que aparezca una nueva preocupación para los asistentes. Todo lo que digan quedará registrado, grabado y transcrito. Eso puede coartar la libertad a la hora de expresar puntos de vista u opiniones, sobre todo porque esas declaraciones pueden luego acabar jugando en contra de quien las realizó. Allie K. Miller, CEO de open Machine, explicaba en WaPo cómo en sus reuniones desactiva su bot de IA para tomar notas hasta que quedan cinco minutos para terminar porque eso "la gente se abre más y salen a la luz las preguntas de verdad".
Máquina, reúnete por mí. El 55% de los directivos reconoce que tiene demasiadas reuniones al día, y el 27% de los empleados comparten esa opinión. Cada vez hay más reuniones —muchas podrían haber sido un email— y la IA puede ayudar a suavizar su impacto, pero nos dirigimos a un potencial futuro en el que nadie vaya a reuniones en persona salvo quien debe explicar algún tema. Quién sabe si al final ni siquiera esa persona acuda y todo sean reuniones llenas de bots.
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