Nos pasamos la vida pidiendo remakes de juegos clásicos, pero no siempre pensamos en las consecuencias ni en lo que nos 'roban' Los videojuegos clásicos, a través de sus limitaciones técnicas, generaban una atmósfera única de incertidumbre y terror, alimentando la imaginación del jugador de formas que las versiones modernas, con su hiperrealismo y control total, jamás podrían replicar. La magia residía precisamente en esa imprecisión, en los espacios vacíos que el cerebro llenaba con sus propios miedos y fantasías. El remake, al ofrecer una reconstrucción impecable, no solo elimina esta vulnerabilidad esencial, sino que homogeneiza la memoria cultural, privando a los jugadores de su experiencia personal y creativa. Esta dinámica, inspirada en hallazgos sobre la memoria humana como los del psicólogo Frederic Bartlett, revela cómo el cerebro tiende a construir narrativas coherentes, incluso a costa de la verdad original. La pérdida de esa ambigüedad deliberada, producto de las limitaciones técnicas, debilita la capacidad evocadora de estos títulos y reduce su potencial para generar una experiencia única e inolvidable. El reto reside en valorar la imperfección como fuente de creatividad y preservar la diversidad interpretativa que enriqueció el universo de estos clásicos. https://www.3djuegos.com/juegos/resident-evil-2-remake/noticias/nunca-dire-que-remakes-cine-videojuegos-malos-nos-estan-robando-algo-unico #RemakesDeJuegos, #VideojuegosClásicos, #IndustriaDeLosVideojuegos, #ConsecuenciasVideojuegos, #Rejugabilidad