¿Y si el lenguaje fuera el culpable del caos urbano? Pistas ocultas en nuestras palabras sobre cómo nos movemos
**¿Y si el lenguaje fuera el culpable del caos urbano? Pistas ocultas en nuestras palabras sobre cómo nos movemos.**

La forma en que conceptualizamos el transporte, y por extensión, el espacio urbano, puede estar influyendo de manera sutil pero significativa en su organización y distribución. La proliferación del término “coche” como sinónimo de movilidad, a menudo acompañado de descripciones enfocadas en velocidad, eficiencia y propiedad individual, ha contribuido a una visión centrada en la máquina sobre ruedas, relegando otras formas de movimiento a un segundo plano.

Este lenguaje, arraigado en el modelo automóvilístico dominante, perpetúa una lógica urbana que prioriza el transporte privado sobre las necesidades de peatones, ciclistas y usuarios del transporte público. La constante referencia al “coche” como solución a los problemas de movilidad, en lugar de considerar alternativas sostenibles y equitativas, ha moldeado la planificación urbana, favoreciendo la expansión de carreteras y estacionamientos en detrimento de espacios públicos y sistemas de transporte eficientes.

La elección lingüística no es una mera coincidencia; es un poderoso instrumento que moldea nuestra percepción del mundo. Al despojar el lenguaje de su ambigüedad y explorar las conexiones entre palabras y realidad, podemos cuestionar los supuestos subyacentes a nuestro discurso sobre la movilidad y abrir paso a nuevas formas de pensar sobre cómo nos movemos en nuestras ciudades. Un cambio en el vocabulario puede ser un primer paso hacia una transformación profunda del paisaje urbano, fomentando espacios más accesibles, sostenibles y centrados en las personas.

La reflexión sobre este tema invita a considerar cómo podemos redefinir nuestro discurso sobre la movilidad, promoviendo un lenguaje que valore la diversidad de opciones y priorice el bienestar colectivo por encima de los intereses individuales. El futuro de nuestras ciudades depende, en parte, de nuestra capacidad para cambiar la forma en que hablamos del movimiento.
https://es.gizmodo.com/y-si-el-lenguaje-fuera-el-culpable-del-caos-urbano-pistas-ocultas-en-nuestras-palabras-sobre-como-nos-movemos-2000176927

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¿Y si el lenguaje fuera el culpable del caos urbano? Pistas ocultas en nuestras palabras sobre cómo nos movemos **¿Y si el lenguaje fuera el culpable del caos urbano? Pistas ocultas en nuestras palabras sobre cómo nos movemos.** La forma en que conceptualizamos el transporte, y por extensión, el espacio urbano, puede estar influyendo de manera sutil pero significativa en su organización y distribución. La proliferación del término “coche” como sinónimo de movilidad, a menudo acompañado de descripciones enfocadas en velocidad, eficiencia y propiedad individual, ha contribuido a una visión centrada en la máquina sobre ruedas, relegando otras formas de movimiento a un segundo plano. Este lenguaje, arraigado en el modelo automóvilístico dominante, perpetúa una lógica urbana que prioriza el transporte privado sobre las necesidades de peatones, ciclistas y usuarios del transporte público. La constante referencia al “coche” como solución a los problemas de movilidad, en lugar de considerar alternativas sostenibles y equitativas, ha moldeado la planificación urbana, favoreciendo la expansión de carreteras y estacionamientos en detrimento de espacios públicos y sistemas de transporte eficientes. La elección lingüística no es una mera coincidencia; es un poderoso instrumento que moldea nuestra percepción del mundo. Al despojar el lenguaje de su ambigüedad y explorar las conexiones entre palabras y realidad, podemos cuestionar los supuestos subyacentes a nuestro discurso sobre la movilidad y abrir paso a nuevas formas de pensar sobre cómo nos movemos en nuestras ciudades. Un cambio en el vocabulario puede ser un primer paso hacia una transformación profunda del paisaje urbano, fomentando espacios más accesibles, sostenibles y centrados en las personas. La reflexión sobre este tema invita a considerar cómo podemos redefinir nuestro discurso sobre la movilidad, promoviendo un lenguaje que valore la diversidad de opciones y priorice el bienestar colectivo por encima de los intereses individuales. El futuro de nuestras ciudades depende, en parte, de nuestra capacidad para cambiar la forma en que hablamos del movimiento. https://es.gizmodo.com/y-si-el-lenguaje-fuera-el-culpable-del-caos-urbano-pistas-ocultas-en-nuestras-palabras-sobre-como-nos-movemos-2000176927 #Lenguaje, #Culpable, #CaosUrbano, #Palabras, #Movimiento
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¿Y si el lenguaje fuera el culpable del caos urbano? Pistas ocultas en nuestras palabras sobre cómo nos movemos
Las palabras que elegimos no solo describen el mundo: también lo moldean. ¿Y si la forma en que hablamos del coche estuviera influyendo directamente en cómo se organiza la ciudad y quién tiene derecho a ocupar sus calles? Una reflexión que cambia tu manera de ver (y hablar de) la movilidad.
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