En Madrid ya no quedaban hoteles económicos, pero quedaba un espacio "virgen" para los turistas: los polígonos
El auge de los polígonos como destino turístico en Madrid es un fenómeno que refleja una transformación urbana y una respuesta a la creciente demanda turística. La capital española, como muchas grandes urbes, ha experimentado un aumento significativo en los precios del alojamiento, especialmente en el centro. Esta situación ha impulsado a los inversores a buscar alternativas fuera de las zonas tradicionales, encontrando en los polígonos industriales cercanos una oportunidad para ofrecer alojamientos más económicos y accesibles.
El polígono Julián Camarillo, ubicado a las afueras de la M-30, emerge como un ejemplo paradigmático de esta nueva tendencia. Originalmente caracterizado por edificios industriales desocupados y terrenos sin uso, el polígono ha experimentado una transformación radical en los últimos años, convirtiéndose en un enclave vibrante y multifacético que atrae tanto a turistas como a residentes.
La clave del éxito reside en la proximidad al centro de Madrid (a solo ocho paradas de metro), los bajos costes de alquiler y la diversificación de actividades que ofrece el polígono: hoteles, cervecerías artesanales, espacios gastronómicos, centros tecnológicos y áreas culturales. Este entorno, que combina vestigios industriales con nuevas construcciones modernas, ha captado la atención de inversores como Óscar Sánchez, fundador de Bestprice, quien percibió el potencial del área como un "pozo petrolífero" para el negocio hotelero.
La proliferación de hoteles en Julián Camarillo se ha visto impulsada por una serie de factores: el endurecimiento normativo hacia las viviendas turísticas tipo Airbnb, el récord histórico de visitantes en Madrid (con 10,4 millones en 2024) y la falta de demanda para espacios de oficinas. Además, la ubicación estratégica del polígono, a escasos kilómetros del centro de la ciudad, lo convierte en un destino atractivo para aquellos turistas que buscan una alternativa más económica y auténtica a los hoteles tradicionales.
El modelo se ha replicado en otros polígonos industriales de Madrid, como Carabanchel, donde se inauguró Node Carabanchel, un complejo innovador que combina estudios y apartamentos con espacios comunitarios enfocados en el arte, la música y el coworking. Este proyecto, impulsado por Bain Capital, refleja una tendencia global hacia la reutilización de espacios industriales para fines turísticos y residenciales.
Consultoras internacionales como Colliers han identificado más de 60.000 metros cuadrados disponibles para nuevos proyectos hoteleros en Julián Camarillo, lo que evidencia el interés continuo de los inversores en esta zona. A pesar de los desafíos relacionados con los límites urbanísticos, la oferta hotelera sigue creciendo, impulsada por una demanda turística sólida y una lógica económica que convierte a los polígonos en un destino atractivo para viajeros que buscan alojamiento asequible y bien comunicado.
https://www.xataka.com/magnet/madrid-no-quedaban-hoteles-economicos-quedaba-espacio-virgen-para-turistas-poligonos
#noticia, #España, #actualidad
El auge de los polígonos como destino turístico en Madrid es un fenómeno que refleja una transformación urbana y una respuesta a la creciente demanda turística. La capital española, como muchas grandes urbes, ha experimentado un aumento significativo en los precios del alojamiento, especialmente en el centro. Esta situación ha impulsado a los inversores a buscar alternativas fuera de las zonas tradicionales, encontrando en los polígonos industriales cercanos una oportunidad para ofrecer alojamientos más económicos y accesibles.
El polígono Julián Camarillo, ubicado a las afueras de la M-30, emerge como un ejemplo paradigmático de esta nueva tendencia. Originalmente caracterizado por edificios industriales desocupados y terrenos sin uso, el polígono ha experimentado una transformación radical en los últimos años, convirtiéndose en un enclave vibrante y multifacético que atrae tanto a turistas como a residentes.
La clave del éxito reside en la proximidad al centro de Madrid (a solo ocho paradas de metro), los bajos costes de alquiler y la diversificación de actividades que ofrece el polígono: hoteles, cervecerías artesanales, espacios gastronómicos, centros tecnológicos y áreas culturales. Este entorno, que combina vestigios industriales con nuevas construcciones modernas, ha captado la atención de inversores como Óscar Sánchez, fundador de Bestprice, quien percibió el potencial del área como un "pozo petrolífero" para el negocio hotelero.
La proliferación de hoteles en Julián Camarillo se ha visto impulsada por una serie de factores: el endurecimiento normativo hacia las viviendas turísticas tipo Airbnb, el récord histórico de visitantes en Madrid (con 10,4 millones en 2024) y la falta de demanda para espacios de oficinas. Además, la ubicación estratégica del polígono, a escasos kilómetros del centro de la ciudad, lo convierte en un destino atractivo para aquellos turistas que buscan una alternativa más económica y auténtica a los hoteles tradicionales.
El modelo se ha replicado en otros polígonos industriales de Madrid, como Carabanchel, donde se inauguró Node Carabanchel, un complejo innovador que combina estudios y apartamentos con espacios comunitarios enfocados en el arte, la música y el coworking. Este proyecto, impulsado por Bain Capital, refleja una tendencia global hacia la reutilización de espacios industriales para fines turísticos y residenciales.
Consultoras internacionales como Colliers han identificado más de 60.000 metros cuadrados disponibles para nuevos proyectos hoteleros en Julián Camarillo, lo que evidencia el interés continuo de los inversores en esta zona. A pesar de los desafíos relacionados con los límites urbanísticos, la oferta hotelera sigue creciendo, impulsada por una demanda turística sólida y una lógica económica que convierte a los polígonos en un destino atractivo para viajeros que buscan alojamiento asequible y bien comunicado.
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En Madrid ya no quedaban hoteles económicos, pero quedaba un espacio "virgen" para los turistas: los polígonos
El auge de los polígonos como destino turístico en Madrid es un fenómeno que refleja una transformación urbana y una respuesta a la creciente demanda turística. La capital española, como muchas grandes urbes, ha experimentado un aumento significativo en los precios del alojamiento, especialmente en el centro. Esta situación ha impulsado a los inversores a buscar alternativas fuera de las zonas tradicionales, encontrando en los polígonos industriales cercanos una oportunidad para ofrecer alojamientos más económicos y accesibles.
El polígono Julián Camarillo, ubicado a las afueras de la M-30, emerge como un ejemplo paradigmático de esta nueva tendencia. Originalmente caracterizado por edificios industriales desocupados y terrenos sin uso, el polígono ha experimentado una transformación radical en los últimos años, convirtiéndose en un enclave vibrante y multifacético que atrae tanto a turistas como a residentes.
La clave del éxito reside en la proximidad al centro de Madrid (a solo ocho paradas de metro), los bajos costes de alquiler y la diversificación de actividades que ofrece el polígono: hoteles, cervecerías artesanales, espacios gastronómicos, centros tecnológicos y áreas culturales. Este entorno, que combina vestigios industriales con nuevas construcciones modernas, ha captado la atención de inversores como Óscar Sánchez, fundador de Bestprice, quien percibió el potencial del área como un "pozo petrolífero" para el negocio hotelero.
La proliferación de hoteles en Julián Camarillo se ha visto impulsada por una serie de factores: el endurecimiento normativo hacia las viviendas turísticas tipo Airbnb, el récord histórico de visitantes en Madrid (con 10,4 millones en 2024) y la falta de demanda para espacios de oficinas. Además, la ubicación estratégica del polígono, a escasos kilómetros del centro de la ciudad, lo convierte en un destino atractivo para aquellos turistas que buscan una alternativa más económica y auténtica a los hoteles tradicionales.
El modelo se ha replicado en otros polígonos industriales de Madrid, como Carabanchel, donde se inauguró Node Carabanchel, un complejo innovador que combina estudios y apartamentos con espacios comunitarios enfocados en el arte, la música y el coworking. Este proyecto, impulsado por Bain Capital, refleja una tendencia global hacia la reutilización de espacios industriales para fines turísticos y residenciales.
Consultoras internacionales como Colliers han identificado más de 60.000 metros cuadrados disponibles para nuevos proyectos hoteleros en Julián Camarillo, lo que evidencia el interés continuo de los inversores en esta zona. A pesar de los desafíos relacionados con los límites urbanísticos, la oferta hotelera sigue creciendo, impulsada por una demanda turística sólida y una lógica económica que convierte a los polígonos en un destino atractivo para viajeros que buscan alojamiento asequible y bien comunicado.
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